Gilmar Gilberto Villagrán: sangre charrúa, corazón Granate
- Momento Granate
- 6 sept 2020
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Actualizado: 6 sept 2020
En el día de su cumpleaños, repasamos un amor que se inició en 1984 y continúa hasta el día de hoy.

Los años 80 fueron muy dificiles para Lanús en lo futbolístico, pero dejaron grandes recuerdos, hazañas y un ídolo como Gilmar Villagrán. "Gracias a Lanús me hice conocido como futbolista y logré ser un referente para los hinchas del club", señalaba el uruguayo, tiempo atrás, a La Pizarra del DT.
Nacido el 6 de septiembre de 1961 y con varios años jugando al fútbol de forma amateur en Plaza Colonia de Uruguay, en el verano de 1984 llegaba al Granate un jugador con amplias virtudes para manejar la pelota parada y ser un sinónimo en aquellos años tan recordados.
Sin embargo, sus primeros años en la institución no fueron colores de rosa: primero en cancha de Atlanta en 1984, con Ramón Cabrero al mando, no pudo eliminar a Racing para conseguir el segundo ascenso a Primera División, y años después en la Provincia de Chaco, en mayo de 1989, estrelló en el travesaño, en la última pelota del partido, un tiro libre que le podría haber dado el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino ante Chaco For Ever.
Pero como dice el dicho, “la tercera es la vencida”. Con la llegada de Miguel Ángel Russo y con muchos jugadores del club, Gilmar Villagrán fue protagonista en la temporada 1989/90 para conseguir el
ascenso a la Primera División, luego de 13 años. Con miles de almas granates gritando detrás de uno de los arcos, el 28 de julio de
1990 en la cancha vieja de Quilmes, el uruguayo definió con el cuarto penal la final ante el Cervecero.

Lanús con un breve paso en la Primera División descendía en la temporada 1990/1991, y al próximo año con varias figuras el equipo iba a conseguir nuevamente el ascenso al ganarle 2-0 a Deportivo Maipú como local, y uno de los goles era de Gilmar Villagrán.
Con una lesión que lo tuvo alejado de las canchas durante la mayor parte del Apertura 1992, el uruguayo se iba en 1993 del Granate, pero dejaba una huella imborrable en los corazones del hincha de Lanús.

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